lunes, 25 de agosto de 2014

JOSE PLESCIA: LA HISTORIA DE SUSANA

José Plescia en Deseado Revista, FM DESIRE, Puerto Deseado. La historia de Susana nos demuestra que para Dios no hay nada imposible y que todos tenemos una nueva oportunidad si queremos empezar una vida nueva.



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domingo, 24 de agosto de 2014

UN POEMA PARA ENCONTRAR A DIOS

Señor, yo nunca me acerqué a tu lado
con mi pena y dolor,
sin que dijeras a mi alma atribulada una palabra,
una de tus palabras dulces, buenas..

Tú nunca permitiste que si vine con ojos tristes,
triste yo me fuera,
Algo siempre tú hiciste por mi pena.

Cuando yo conversé contigo a solas
diciéndote mis íntimas dolencias,
tú nunca te cansaste,
y siempre oíste las palabras azules de mis quejas..

Fuiste más que un hermano en mis dolores,
y más que un amigo fuiste en mis problemas;
siempre, siempre, poniendo en mis ensueños
una canción, un lirio, una estrella.

Señor, por eso es que te busco tanto,
y tanto mis plegarias a ti vuelan,
porque sin ti el sendero es triste y solo,
e imposible sin tí, la vida entera...

VUELVE A EMPEZAR

Aunque sientas el cansancio;
aunque el triunfo te abandone;
aunque un error te lastime;
aunque un negocio se quiebre;
aunque una traición te hiera;
aunque una ilusión se apague;
aunque el dolor queme los ojos;
aunque ignoren tus esfuerzos;
aunque la ingratitud sea la paga;
aunque la incomprensión corte tu risa;
aunque todo parezca nada;
¡VUELVE A EMPEZAR!
Cecilia Prezioso

¿QUE DICEN NUESTRAS PALABRAS?


Bendecir es hablar bien de……..
Maldecir es hablar mal de………..

Cuantas veces proferimos palabras sin pensar lo que decimos, momentos que estamos enojados y hasta llegamos a desear la muerte de aquellos a quien amamos, cuando nuestros hijos se equivocan o hacen lo que no nos agrada, en vez de corregirlos con amor, nuestras palabras son: inútil, vago, ladrón, mentiroso, no servís para nada, sos un burro, etc,etc, etc.
Palabras de maldición, que atan, que dañan, palabras que no podemos borrar porque ya han sido lanzadas como dardos, y muchas veces han matado, sueños, ilusiones que se han truncado por haber recibido esas palabras, palabras que sembraron amargura, dolor, resentimiento.
Dice Santiago “La lengua es un miembro pequeño, que se jacta de grandes cosa, he aquí,! cuán grande bosque enciende un pequeño fuego”, tremendo y tan cierto, con la misma boca que bendecimos a Dios, maldecimos a los hombres, Esto no debe ser así! No puede de una misma fuente salir agua dulce y agua amarga, no podemos decirle a nuestros hijos que los amamos, después de maldecirlos con palabras hirientes, nuestras palabras deben dar VIDA, SANAR, transformar todo para bien. No es tan difícil, no es imposible, solo debemos detenernos y pensar cada palabra que vamos a decir, si estamos muy enojados callemos, no digamos cosas de las cuales después nos vamos a arrepentir, recorda siempre que las palabras que salieron de nuestra boca ya no pueden volver atrás, ayer leí algo que te dejo como enseñanza “El hombre sabio piensa todo lo que dice, pero no dice todo lo que piensa”.
Pidamos a Dios la sabiduría para hablar lo que debemos habar y dominio propio para hacerlo en el momento adecuado. Mateó cap.12:36 dice que “de toda palabra ociosa que sale de nuestra boca, vamos a dar cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.En nuestra vida cotidiana y a pesar de las adversidades, sembremos esperanza, optimismo, y esto no significa que no seamos realistas simplemente reconocer que nuestra visión y nuestras palabras pueden generar un nuevo y mejor ambiente que todos estamos necesitando.  Por eso detente, piensa, ¿Qué dicen tus palabras?.
Que Dios te bendiga y te guie cada dia a hacer su voluntad.

Alicia Beatriz Roncoroni de Zabala
alibeza49@hotmail.com